Alma Mater 1/2

Blaise Pascal, fue un hombre que, para descifrar el futuro, miró hacia el pasado. Fue al encuentro de los sabios griegos. Aristóteles y Pitágoras le ayudaron a abrir su mente a nuevos conocimientos; la ciencia y la filosofía entraron en vida.

Del otro lado del Canal de la Mancha, le llegó su fascinación por la literatura, de la mano de Shakespeare y su reflexión sobre la existencia del hombre, al igual que el joven Hamlet, Príncipe de Dinamarca.

Se maravilló con el microscopio, invento del holandés Zacharias Janssen, que le permitió ver la vida desde lo más diminuto. Desde lo más simple, desde la fotosíntesis, a lo más complejo de la creación.

Su viejo amigo italiano, Galileo Galilei, lo llevó a mirar las estrellas, a entender el universo y soñar con viajes maravillosos.

Pascal, un hombre que no veía disociación entre la Ciencia y la Fe, entre la especulación (teorización de la ciencia) y la rigurosidad de la experimentación. Concebía la ciencia como el uso de la razón y la emoción.